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Mirabeau

I
Me imagino cruzar el puente donde hundiste tus brazos con sabiduría
y sintiendo cómo el Sena humedecía tus labios y tus cejas
adivinaste el fondo y sus orillas más allá de sus aguas
¿Habrás preguntado por el destino de tu cuerpo?

II
Podría estar buscando tus huellas por la ciudad de París,
recorrer sus calles y entregarme al lamento y sus misterios.
Sin embargo muero y duermo en cada una de tus visiones
mientras me acomodo sobre la frente una especie de gorro frigio
y espero que la mente depare algún silencio.

III
Hoy es 10 de enero de 2005 y estoy en la Av. Emile Zola.
Apenas a unos metros murió Paul Antschel o Paul Celan.
Cayó por voluntad propia desde este metálico y dorado puente. Aquí,
donde el río es ancho y rápida la corriente, no hay ningún recuerdo de su paso.
No hay marcas no hay placa ni pintada que diga que un 20 de abril
de 1970 un hombre solitario se arrojó a las aguas del Sena. Sólo hay un cartel
recomendando se avise a la prefectura ante cualquier urgencia
y un fragmento del poema de Appollinaire que recuerda al Mirabeau
con sus amores bajo el puente. Pero nada de Celan. Ha pasado desapercibido.
¿Habrá alguien en este barrio que se lo haya cruzado, alguna persona
a la que si muestro su foto lo identifique o recuerde? Los paseantes, las motos,
los autos y los buses circulan por esta esquina de Javel André Citroen.
Seguramente nadie reconocerá a Paul Celan. Seguramente nada
ha cambiado desde esa primavera de abril de 1970.

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Haleb

I
Conozco Aleppo como si conociera la palma de mi mano,
recorro con mis ojos cerrados sus calles de bóvedas,
pasajes y recovecos desde sus ocho pequeñas colinas
hasta el barrio judío de Bahsita para tratar de encontrarme
con mi abuelo Jacobo o mi abuela Ana mientras la ciudadela espía
desde allá arriba fortificada y a manera de atalaya sobre las planicies
del Eufrates ¿Será porque sus susurros, sus lentas y suaves palabras
en árabe y hebreo, resuenan todavía en mis oídos o porque su nombre
me suena fértil para los sueños, refugio de nuestros antepasados?
Aram Zobá, Halab, Haleb, Halep, Aleppo la blanca son los nombres
para nombrarte mientras punzantes trompetas resquebrajan las murallas
que caen sobre los indefensos canaanitas y Abraham, con su cabeza cubierta
y su cuerpo enjuto, reparte leche entre los pobres y recorre las callejuelas
junto con Sara, Isaac, Hagar, Ismael.

II
Me entrego a las estrellas mientras rezo en este knis o yamí
a cielo abierto y la brisa de verano acaricia mi boca, acaricia
mis palabras que en árabe o hebreo remedan los gestos y el balanceo
de mi cuerpo, me inclino hacia Jerusalén, me inclino hacia La Meca
y balbuceo bendiciones; escucho en la apacible oscuridad
el lento despertar de Haleb, como yo tumbado en este patio
de columnas y arcos, de nichos y tabernáculos de adobe, me abrazo
al Keter Tora y ardo con él.

III
En el quieto amanecer se escuchan los suaves rasguidos del ud,
el tintineo de un daff, el seco golpeteo sobre el dumbek, la voz
monocorde de un jazán (¿o es un muezzin?) que se frena en las nasales,
se estira en una vocal mientras borda melodías y se agrava,
se torna aguda, dulce, se curva y baila en el aire hasta seguir sola
en el silencio del sol naciente y repite una berajá o
una müwashshah que no aseguran nada salvo olvidar.

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Anschluss

¿Cómo será acostarse en un mundo y levantarse en otro
a la mañana siguiente? En Brody o Zvorow, en Ischl o Lwów,
en Viena o Budapest las cosas deben haber sido iguales.
Las calles de barro y nieve son las mismas mientras el polaco, idisch
y alemán se siguen escuchando. También el pañuelo o la gorra
que cubre la cabeza, los capotes y polleras hasta el piso,
los campesinos en el mercado y los burgueses que compran.
Todo debía parecer igual pero ya nada lo era. Se respira el mismo aire,
se duerme en la misma cama, se siente el mismo frío en los pies
congelados, se escucha la misma música, se lee y se reza lo mismo
pero ya nada es igual aunque los sentidos nos digan lo contrario.
Se acaricia a quien se ama, se besan sus nalgas, se empapa su boca,
se agita el cuerpo hasta terminar complacidos uno sobre el otro
como otras veces pero el mundo sigue sin ser el mismo.
¿Se puede volver a aquello que hemos perdido sin darnos cuenta?
Nos dormimos en el imperio austrohúngaro y despertamos en Polonia,
Checoslovaquia, Alemania, Italia...El 15 de septiembre de 1935
en un bar de Berlín leíamos las Leyes de Nüremberg: la ciudadanía
del Reich se limitará a los connacionales de sangre alemana o afín.
¡Nos sentamos alemanes, nos levantamos judíos! Con esfuerzo
y buena voluntad los soldados austríacos junto a sus colegas del Reich
levantan la barrera que separa un país germano del otro mientras la multitud
con banderas negras y svásticas rojas espera ansiosa por las calles de Viena
el paso del descapotable para saludar con alegría a su amado fürher.

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Elsa

Tengo entre mis manos, Elsa, la carta de rechazo a tu pedido
de indemnización por trabajos en régimen de esclavitud
durante el nazismo: “Al notificarle de esta decisión, la German
Forced Labour Compensation Programme desea expresar
su reconocimiento y respeto por cada víctima del régimen Nazi,
tenga derecho o no a una indemnización”.
Elsa, no te he conocido; ni siquiera he visto una foto tuya. Sé
que llegaste después de la guerra. Que fuiste torturada
por la Gestapo. Que en la Argentina trabajaste de modelo.
Pero hoy ya no estás entre nosotros. Vivo en la que era tu casa,
en el barrio de Belgrano, sobre la calle Freire al dos mil
y he recibido un par de cartas en estos meses (15 de junio,
6 de julio del 2005) donde informan que no van a pagarte
nada tras haberte forzado a trabajar en una fábrica alemana.
¿Habrá sido en Allianz, Bayer, BMW, Daimler Benz,
Deutsche Bank? ¿O en Krupp-Hoesch, Siemens, Volkswagen,
IG Farben, Portland-Zement? ¿Acaso en Bankhaus Stein, AEG,
Alex Zink, Dresdner Bank? ¿En cuál de ellas fuiste obrera forzada?
¿Para qué usaron tus suaves manos de obra esclava? ¿En hacer caucho
sintético, armar motores o minas, cargar granito? Otto Thierak,
ministro nazi de Justicia, encontró la fórmula del exterminio
mediante el trabajo. ¿Por gitana o judía, homosexual o comunista? Y vos,
Elsa Wessel Pillitz, no les diste el gusto. Sobreviviste bella
dicen nuestros vecinos, aunque ya no podés reclamar
su dinero que hoy, después de 60 años, ellos siguen
prolijamente regateando.

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Jasidim

Y mis hermanos hicieron lo que nunca pude hacer:
veneraron a Dios desde su profunda intimidad. Lo amaron
como ya no lo haré. Ellos siempre bailan y se abrazan
con pasión a la Torá, se agitan con su peso. Se golpean
y sudan por ella. Tropiezan con suave frenesí
para estar lo más cerca posible del sefer. Van con sus ropas
desaliñadas a los brincos, los tzitzit que asoman por fuera
de la camisa blanca y del pantalón mientras una mano
aprieta el sombrero en la cabeza para que no caiga y la otra
agarra el sefer torá. Allí se olvidan del tiempo y los cánticos
suceden sin parar: en las bocas se asoman melodías de milenios
que se unen como se juntan sus manos con sus barbas ralas,
los brazos por sobre sus hombros con los torsos empapados.
Y yo los miro desde el Knis de Lavalle, entre Larrea y Paso,
me inclino, cierro mis ojos, digo shemá Israel, atrona el shofar
pero este cielo azul intenso que veo desde las ventanas abiertas
hasta las paredes blancas del patio interno y sus columnas abovedadas,
no me devuelve nada propicio; el jazán que entona, el sidur abierto
de Yom Kipur ¿Dios nuestro Dios es uno?, indago con mi rostro
abatido mientras del murmullo emerge el dejo claro y filoso
del Kadish: “Itgadalveitkadash shemé rabé (amén)” y debemos dar
prueba de devoción a Dios más allá del supremo dolor por nuestros muertos.
Así, mis hermanos Pablo y Gabriel unen sus hermosas voces a las otras:
yo los veo con kipá y talit cómo rezan fervorosos, los sigo observando
hasta que llegue el mesías.

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Phoenix

Yo sé que murió el 31 de octubre de1993 a la 1:51 de la madrugada
cuando salía del Viper Room en las afueras de Los Angeles
tirado sobre el asfalto sin parar de vomitar y hecho un ovillo
en brazos de Joaquín, pero te veo ahí, tan luminoso tan feliz
que no puedo creer que ya no estés entre nosotros y esa felicidad
en la pantalla repitiendo Stand by me Stand by me mientras se escucha
de fondo la voz generosa y por momentos áspera de Ben E. King
... I won´t cry, I won´t cry que va del blanco y negro al color de los cuerpos
al ritmo de ese silencio marcado por el rasguido punzante
del güiro que dicta hacia donde nos tenemos que mover y estás ahí
escuchás atento, te reís junto a Will Weathon; estás radiante,
te hamacás mientras el mechón rubio flota en la frente so darlin’ so darlin’
y todos nos ponemos a bailar y a cantar junto a King, junto a Will,
la canción se enhebra en el sacudir de los cuerpos y entonces
más que de un video clip se trata de una celebración just as long as you stand
aunque cada vez que veo y te recuerdo con la guitarra colgada
no puedo dejar de preguntarme si pensaste en la vida en aquel momento
cuando la cámara retenía unos pocos minutos de intensa dicha. Así, River
River Jude Phoenix (1970-1993) puedo invocarte y demostrarme whenever
you´re in trouble won´t you stand by me que alguna vez estuviste vivo
oh now now, oh stand by me, stand by me, stand by me

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Marcos

Entre todos sostenían los sueños
y él tiraba tiraba fortificado
Alberto Szpunberg

El hambre murmura dulce aunque el estómago
suena como un taladro pero no hay nada
que llegue a la boca mientras el Cordobés
busca desesperadamente un pajarito ahí,
un caracol mas allá y me lo pasa
por los labios para que se haga más largo
el bocado que raspa la lengua y después
la garganta pero nada huele, nada sabe
a comida cuando veo a Diego dormido,
casi muerto, y acostado miro hacia arriba
y no hay cielo, no hay nubes ni viento
sólo altas copas de árboles enredadas
mientras abajo las raíces envuelven
los borceguíes, el fusil... Ellas me abrazan
y enhebran la camisa verde oliva,
en tanto los muchachos se alejan les digo
que se vayan y me dejen aquí
al abrigo de todas las lluvias que vendrán
hasta que llegue la revolución.

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Larga es la noche

Como en sueños siente aún entre las manos
la ametralladora que dicen le regaló Fidel
mientras afuera los compañeros pintan Quieto
secuestrado por el ejército gorila y la picana
automática va y viene. Alguno de los tipos
está de espalda, otro le susurra al oído hablá
y te dejamos tranquilo en tanto le acaricia
la cabeza y la luz titila y lo enceguece, no canta
no canta el monto hijo de puta masculla
el pelado que lo paró en la playa de Martínez
y la capucha otra vez en la cabeza le quita
la respiración hasta que los flejes metálicos
a los que está atado de pies y manos chorrean agua,
mierda y sangre. ¿No tenés nada que cantar?
No me vas arreglar con un par de cantitos
de perejil escucha mientras las palabras no salen,
el tiempo se hace lento, le pegan con palos
sobre las piernas que rebotan sin soltarse de la parrilla
y se oye el ruido de huesos que se quiebran. Ahora
lo patean hasta que no se mueve más. ¿No te moriste
todavía? ¿No te moriste todavía? y el pelado se arrima
como para reventarle los tímpanos¡No te moriste todavía,
hijo de puta! Pero casi nada duele en ese cuerpo desnudo
y abierto, aguantar 24 horas se susurra hasta que el Alemán
grita ya te dimos una hora.¿No preferís ser un traidor?
¡Vas a ver que ni tu vieja se va a enterar!

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Bustos

Me acabo de hacer socio de la biblioteca municipal
José Mármol para sacar tu libro Visión de los hijos
del mal (1967) y lo hojeo como si recién se hubiera
publicado en tanto voy por Juramento hacia la Plaza
Castelli. ¿Habrás soñado que cuarenta años después
estaría musitando tus poemas ? Alberto Szpunberg
manda pistas desde Barcelona, Carolina Wheeler
desde Puerto Madryn, le arrebato a Juan F. García
Fragmentos fantásticos (1965) con tu foto en la tapa,
Miguel Angel. De pronto mi voz es tu voz, entonces
grito a los cuatro vientos ¡escribe condenado, escribe
infinito! no puedo dejar de gritarte ¡resucita, resucita
aunque sea para morir de nuevo! mientras tengo
pesadillas con tu 30 de mayo de 1976 justo
cuando cruzo entre los juegos y una nena se tira
enloquecida por el tobogán roto. Son las diez
y media de la noche, barrio Parque Chacabuco,
hay un Falcón verde en la puerta de la calle Hortiguera
- vos y yo sabemos de qué se trata-, te llevan por la fuerza
sin fecha de apresamiento, ni de tormento, ni de muerte.
Camino y digo, Miguel, siente latir mi látigo, siente latir
mi corazón, ¿algún anaquel ocultará Cuatro murales (1957)?
¿en qué repisa estará olvidado Corazón de piel afuera (1959)
o El Himalaya (1971)? Devorado por tus visiones, Miguel Angel
me he puesto tu armadura, empuño tu espada pero no hay fosa
ni libros donde pueda, a veces, ir a visitarte.

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Puente Alsina

Está flotando en el Riachuelo y acecha.
Su espectro es una bruma irregular y blanca
que no para de crecer entre las malezas
como una mancha de plomo líquido, turbas
de ratones que cruzan de una orilla a otra
con restos de animales y cadáveres podridos.
Ocurrió un 14 de septiembre de 2002 por la madrugada
aún sonaba en su cabeza la música del boliche
cuando todavía sentía el olor de Jessica en su cuerpo,
sus piernas entrelazadas, la boca de ella en su boca
mientras ahora un par de policías de la 34° lo llevaban
aplastado contra el piso del patrullero con la sirena al máximo,
yendo a toda velocidad de la Av Gral. Fernández de la Cruz
y La Constancia hasta Agustín de Vedia y 27 de Febrero.
Después, lo bajaron del auto a golpes y patadas,
lo arrastraron luego por la playita hasta el borde del agua turbia.
Allí, a los tropezones fue obligado a meterse en el Riachuelo
y lentamente lo hundieron en el fluido negro que apenas
si hizo alguna ola, lo último que vimos fueron sus ojos.
Allí, Ezequiel Demonty, espera.

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Izcor

Cavamos una fosa en los aires
no se yace ahí estrecho
Paul Celan


I
Nos miramos a la cara, nuestros labios apenas se mueven
y las plegarias van por dentro. No queremos
olvidar ningún nombre pero inevitablemente ocurre
y se hace el vacío de alguien que nos reclama digamos
su nombre aunque ya es tarde mi vida o ya es tarde
pequeño, tu voz tu llanto se irán solos a la tumba
y nadie nadie sabrá de vos, de tus amores, tu madre,
tus maestros o tus compañeros de fábrica. ¿Qué pasa
si no hay quien escriba o pida por el otro ? El desafío
es mantener el recuerdo de aquellos que ya no están
como si aún estuvieran porque cada uno busca al que vele
por su propio recuerdo y repita el nombre sin parar
como un mantra que convierte esa melodía de vocales
y consonantes en un murmullo propio e irrepetible
para que nadie sobre la faz de la tierra pueda dudar
de su existencia.

II
¿Hasta cuándo durará tu borrachera? digo
mientras de mi boca surgen los nombres de aquellos
que agonizan con sus labios secos, el pelo
arremolinado y pegajoso. Las letras que forman sus nombres
son un licor que me embriaga con retraso hasta
casi perder el conocimiento, hasta ver sus cuerpos
fantasmales acercarse: conozco sus nombres
pero no puedo nombrarlos, me cubro la cabeza
como mi padre, levanto la cara, pero nadie me aguarda
salvo el espanto de saber quiénes son mis muertos
y así derramo lágrima sobre lágrima hasta que secos
quedan mis ojos.

III
El muro liso se erige ante mí. ¿Soy yo el deudo
de algún muerto por quien tenga que quedarme aquí
en este templo a cielo abierto? El aire tibio seca mi boca
mientras en mi mente suena: recuerde Dios el alma
de mi madre o de mi padre, la antigua plegaria
que empiezo a recitar para mí sin respuesta. Digo
y repito sus nombres en voz baja que caen y golpean
como piedritas blancas sobre mortajas de tumbas siempre abiertas
para muertos recién muertos cubiertos con tierra fresca
desde toda la eternidad.

IV
Hoguera, cámara de gas, submarino, cepo,
fusilamiento, Penthotal, crematorio,
guillotina, horca, progrom, garrote vil, picana
silla eléctrica, empalamiento: de Argel a Guantánamo,
de Krematorium II al Río de la Plata, de Melilla
a Breedock, de Rutschuk al café Tournon,
de Vallegrande a Campo de Mayo, de Orán
a Dublín, de Dachau a Erzingan, de La Casbah
a Shatila, de Alepo a Mosul, de Sing-Sing a Bagdad…

V
¿La sangre fresca es negra o roja en la nieve?
¿Las fosas comunes se cubren a mano
o con palas mecánicas? ¿ Se ven desde la orilla
los cuerpos arrojados al fondo del mar? ¿El humo
que sale por la chimenea de los crematorios flota
o decanta? Los campos de Marte junto con la tierra
fresca de nuestros cementerios están siempre ávidos
por recibir nuevos muertos con nombre y sin nombre
como un infinito memorial.