Niña del subte

Viene de lejos del primer vagón
Atraviesa en equilibrio el vaivén violento
Su cuerpo pequeño y musculoso
cubierto de un vestido con volados
se agita al compás y mantiene el equilibrio
Lleva en sus manos un manojo de estampitas
y en forma graciosa hace gestos con sus brazos
como una bailarina y deposita
en cada muslo su oferta mendicante
Ella repite su rutina coreográfica y por primera vez
su mano pequeña se queda
más de lo que debe sobre un pantalón masculino
ella repite su rutina y por segunda
vez su mano pequeña se queda más de lo que debe
sobre un pantalón masculino
ella repite su rutina y por tercera vez su mano
pequeña se queda sobre un pantalón masculino
agita su vestido teñido de rosa
agita sus cinco o seis años
agita a los hombres
que pagarán unas monedas
por su delicadeza
mientras atraviesa el subte nocturno de estación en estación
hasta llegar a la terminal

Niña del silencio

Sus ojos brillan oscuros
mientras el flequillo amargo
cae negrísimo en cascada
hasta las grietas de sus labios
desde las ancas del banquito
mira el mundo y no se mueve
ni flamea por la brisa de la luz
ni separa los pliegues de su boca
y diente contra diente
horada el paladar con un gemido
en su pequeña habitación
¿Alguien escuchará a esta niña
desflorada y luego encarcelada
en la torre medieval
por Enrique VIII hacia 1534?
sus labios húmedos de sangre
nos hablan de una boca
que ya no tiene lengua

Niñas del Shopping

¡Ahora me las como a las dos! grita
el hombre divertido ante la mirada
impasible de algunos paseantes
mientras ellas corren y se esconden
tras las columnas de un edificio gigante
¡Que me como me como a las dos! vuelve a gritar
y las carcajadas nerviosas de las pequeñas
cruzan de una vereda a la otra de la calle
y sus cuerpitos sudados se agitan por detrás de una mujer
¡A que sí a que sí a que sí! gime la voz gruesa
con abrigo de piel y bufanda al tono
¡A que sí a que sí! se alcanza a oír en el cruce del semáforo
por el kiosco de revistas frente a la vidriera de Channel
hasta que el hombre ofuscado larga humo por sus fauces
las acorrala detrás de una puerta clausurada del shopping
¡Me las como me las como a las dos! aúlla con fiereza
Y se las comió

Niña de los fósforos

Cuando una estrella cae
sube un alma y así estás
fuera del frío de la noche
y en el calor del día encendido
fósforos que iluminan
el año por venir y arbolitos
de navidad porque así promete
quien pidió a los niños que vengan
o bendijo a los pobres de espíritu
y ofreció el reino de los cielos
todavía estás aquí
y los fósforos no se terminan nunca
no se congeló la sangre de tu cuerpo
y adivinás por la luz el brillo
de los ojos de tu abuela
los copos de nieve sin cesar
en la noche como en todo cuento
de hadas se ruega un final feliz
pero ni Andersen ni nadie
te podrá regalar la gloria
de ese sitio donde rápido
llegan los pobres y que pocos
se atreven a llamar por su nombre

Niña puercoespín

a Vera

Duerme agazapada
y boca arriba en la cama
por los dolores de la lucha
cuerpo a cuerpo
su piel y su corazón
armadura de espinas
de Odilon Redon
rotas en la punta
supuran sangre y revelan
alguna contienda
que la ha dejado exhausta
besa y se prende a su amor
surcado por las púas
aunque hiere el corazón
de quien la ama
profundamente

Niña del semáforo

Golpea el cristal del auto
como si fuera el primero
y un oscuro brillo en sus ojos
descubre al tonto
que está del otro lado
Sola en sus pensamientos
de semáforo verde
quizás estará descalza
pollera pequeña para cuerpo pequeño
y de baja altura a la altura de la ventana
una monedita, por favor
será el latiguillo mecánico
que a cada semáforo rojo
repetirá cuatro o cinco veces
treinta por hora
trescientos y pico al término de la jornada
pedir en alguna panadería
o fiambrería algo
y encontrarse con el patrón
que guardará las monedas
tirarse en algún zaguán
pasar la noche
y volver a la esquina del otro día
esperando el semáforo rojo

Niña de la foto

a Javier Daulte

Afuera hay cuervos dice la niña
mientras se agita la luz enloquece
por el techo y las paredes de cristal
en tanto Charles termina de poner la placa
fotográfica en el cuerpo de madera de la cámara
y con su mano derecha obtura el diafragma
mide la distancia que hay hasta la niña
¡Quedate quieta Alicia! le dice y acaricia
el rostro pálido o sus ojos oscuros
quedan presos en su mirada
la peina con un flequillo
acomoda el vestido de beggar child
pide su mano derecha en gesto de limosna
mira por la ventana del estudio
Afuera hay cuervos repite la niña
Quedate quieta Alicia dice Charles
pero las nubes taparon el sol

Niño de la bañera

Tres años
desnudo en la bañera
y mientras el calefón ronca en la cocina
los ojos esperan
tu mirada y miro
desnudo flaquito pido
un abrazo filial
cuando el agua cae a borbotones
el cuerpo en ese espejo líquido
y tu mano con esponja
recorre la epidermis perfecta
hasta que encontrás el pito
y me gusta me da una risa
loca y descontrolada
río y río
el pito bien parado entre tus dedos
soy hombrecito
y te quiero

Niño enfermo

Recuerdo esa tarde en cada tarde
no hay nadie en casa
y ella me invita al baño
hace fresco y cualquiera
puede llegar en cualquier momento
pero será como otras veces
sólo que podrá verse
ya se sacó el pullover la pollera
las medias la bombacha y se muestra
giganta y entrada en carnes
me saca el piyama de enfermo y abraza
como si me deseara o amara
acomoda el toallón bien estirado
la luz amarillenta brilla
en las baldosas frías y gastadas del baño
se acuesta boca arriba
veo sus piernas abiertas
siento sus ganas de comerme
para abrirse con sus dos manos
y enseñar que adentro
para mi espanto es roja
bien roja

Si yo volviera a ser niño
Cada vez que me despierto
ahí tras la ventana
al paso de esta cruzada
miserable de niños
sé que nunca
volveré a mi infancia
no habrá felicidad
por detrás
del espejo veo mis muecas
y recuerdo qué no hubo
y no habrá y no puedo
sellar el agujero
lo imposible de la infancia
ser mayor siendo niño
evoco cómo era serlo
siendo grande ignoro
qué será
ser niño siendo niño